EUROPA
PRESS
6 octubre
2023
Estos
son los efectos secundarios asociados a los agonistas del GLP-1, fármacos
populares para adelgazar
Los medicamentos para la diabetes
conocidos como agonistas del GLP-1, que se han hecho famosos últimamente por su
capacidad para ayudar a perder peso, se asocian a un mayor riesgo de trastornos
médicos graves, como parálisis estomacal, pancreatitis y obstrucción
intestinal, según una nueva investigación de la Universidad de Columbia
Británica (Canadá), publicada en la revista 'JAMA'.
Aunque estudios anteriores han puesto de manifiesto algunos
de estos riesgos en pacientes diabéticos, éste es el primer estudio de gran
tamaño y a nivel de población que examina los efectos gastrointestinales
adversos en pacientes no diabéticos que toman estos fármacos específicamente
para perder peso.
"Dado el amplio uso de estos fármacos, estos
acontecimientos adversos, aunque poco frecuentes, deben ser tenidos en cuenta
por los pacientes que están pensando en utilizarlos para perder peso", dijo
el primer autor Mohit Sodhi,
graduado del programa de medicina experimental de la UBC y estudiante de
medicina de cuarto año de la UBC que estudia los acontecimientos adversos de
los medicamentos prescritos habitualmente.
"El cálculo del riesgo varía en función de si el
paciente utiliza estos fármacos para la diabetes, la obesidad o la pérdida de
peso en general. Las personas por lo demás sanas pueden estar menos dispuestas
a aceptar estos efectos adversos potencialmente graves", apunta.
Los agonistas de GLP-1, comercializados bajo las marcas que
incluyen marcas como 'Wegovy', 'Ozempic',
'Rybelsus' y 'Saxenda', se desarrollaron originalmente
para controlar la diabetes tipo 2, pero explotaron en popularidad en la última
década como una herramienta de pérdida de peso fuera de indicación.
Hasta 2021 no se aprobaron algunas formas de estos
medicamentos como tratamiento de la obesidad. Sin embargo, los ensayos clínicos
aleatorizados que examinaron la eficacia de los medicamentos para la pérdida de
peso no fueron diseñados para capturar eventos gastrointestinales raros debido
a sus pequeños tamaños de muestra y períodos de seguimiento cortos.
Según el doctor Mahyar Etminan, autor principal del estudio, epidemiólogo y
profesor asociado del Departamento de Oftalmología y Ciencias de la Visión de
la Facultad de Medicina de la UBC, "ha habido informes anecdóticos de
algunos pacientes que utilizaban estos fármacos para perder peso y luego
presentaban episodios repetidos de náuseas y vómitos secundarios a una afección
denominada gastroparesia, pero hasta ahora no había datos de grandes estudios
epidemiológicos", indica.
Para ayudar a llenar este vacío de conocimiento, los
investigadores de la UBC examinaron los registros de reclamos de seguros de
salud de aproximadamente 16 millones de pacientes estadounidenses y analizaron
a las personas a las que se les recetó semaglutida o liraglutida, dos agonistas principales de GLP-1, entre 2006
y 2020.
Incluyeron a pacientes con antecedentes recientes de
obesidad y excluyeron a los que padecían diabetes o a los que se les había
recetado otro fármaco antidiabético.
Analizaron los registros para ver cuántos pacientes
desarrollaban una de las cuatro afecciones gastrointestinales, y compararon esa
tasa con la de los pacientes que tomaban otro fármaco para adelgazar, bupropión-naltrexona.
En comparación con el bupropión-naltrexona,
los agonistas del GLP-1 se asociaron con 9,09 veces más riesgo de pancreatitis,
o inflamación del páncreas, que puede causar dolor abdominal intenso y, en
algunos casos, requerir hospitalización y cirugía; un riesgo 4,22 veces mayor
de obstrucción intestinal, que provoca síntomas como calambres, hinchazón,
náuseas y vómitos y, dependiendo de la gravedad, puede ser necesaria una
intervención quirúrgica.
Además, recoge un riesgo 3,67 veces mayor de gastroparesia,
o parálisis estomacal, que limita el paso de los alimentos del estómago al intestino
delgado y provoca síntomas como vómitos, náuseas y dolor abdominal.
El estudio también halló una mayor incidencia de enfermedad
biliar, un grupo de afecciones que afectan a la vesícula biliar, pero la
diferencia no resultó estadísticamente significativa.
Los investigadores afirman que, aunque se trata de casos
poco frecuentes, con millones de personas en todo el mundo que utilizan estos
fármacos, podrían darse cientos de miles de casos.
"Estos fármacos son cada vez más accesibles, y es
preocupante que, en algunos casos, la gente pueda simplemente ir a Internet y
pedir este tipo de medicamentos sin tener una comprensión completa de lo que
podría suceder. Esto va directamente en contra del mantra del consentimiento
informado", afirma Sodhi.
Mientras tanto, los investigadores esperan que los
organismos reguladores y los fabricantes de medicamentos consideren la posibilidad
de actualizar las etiquetas de advertencia de sus productos, que actualmente no
incluyen el riesgo de gastroparesia.
"Se trata de información esencial para que los
pacientes puedan buscar atención médica a tiempo y evitar consecuencias
graves", subraya Sodhi.